El Carnaval de Champlas en el Festival de Cine de Sestriere

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El Carnaval de Champlas contiene gran parte de nuestra historia y de la tradición franco-provenzal a la que pertenecía este territorio.
Nuestro pueblo tenía una gran consideración por la escuela y la cultura y desde antes del siglo XIII estos territorios estaban alfabetizados.
Los hombres, que dejaban a sus familias en invierno para buscar trabajo en Francia, a menudo se ofrecían como tutores en familias burguesas más allá de los Alpes.
Mostraban sus conocimientos en las ferias de los pueblos, haciéndose reconocer por las plumas del sombrero que llevaban: una pluma de ganso comunicaba que podían enseñar a leer y escribir en francés, dos plumas que también sabían matemáticas, tres indicaban un gran maestro que también sabía latín.

En 1343 nació la República de los Escarton (Escarton d’Oulx, Pragelato, Casteldelfino, Queyras y Briançon).
La capital tenía su sede en la ciudad de Briançon y la población local era burguesa libre.
¿Qué significa?
Significa que sobre la base de sus propiedades territoriales (llamadas incendios) pagaban impuestos, liberándose así de muchos otros impuestos.

Los papeles de carnaval, incluso los femeninos, eran interpretados por hombres.
En particular, por los conscriptos, los muchachos que habían aprobado el examen militar.
En nuestra tradición, precisamente porque el entorno de montaña era difícil para vivir, la figura femenina era muy valorada y en los roles del Carnaval la figura de la matriarca va acompañada de dos maridos.
El Doble, por ejemplo, es una mujer que lleva a su marido sobre sus hombros.
Además, está el ritual de la hoguera donde la «Vieja» se sacrifica para permitir que la naturaleza despierte.

El Carnaval de Champlas es un rito propiciatorio para un año agrícola favorable.
Es una invitación a respetar la naturaleza y sus ciclos.
Si siempre fuera invierno, la tierra no daría fruto y sin centeno no habría pan…

El Carnaval de Champlas puede hacernos reflexionar sobre el gran trabajo que nuestros agricultores han realizado en la zona con un gran sentido de comunidad.
No hay más que mirar los montones de piedras que se encuentran al caminar: una a una han sido recogidas y apiladas año tras año, para arrebatarles un rincón extra de tierra para cultivar.